El maracuyá, también conocido como fruta de la pasión, tiene un “no sé qué, que qué sé yo” que enamora. Y es que esta fruta tropical, de sabor ácido y dulce a la vez, cada día está más presente en nuestros hogares. Y no es casualidad. Se puede disfrutar por igual sola o en ricos batidos multifrutas, combinarla con un yogur o en deliciosas recetas de repostería, como un flan o un cheesecake. Y también en ensaladas y platos principales, donde se puede llegar a convertir en el ingrediente estrella por sus sorprendentes contrastes.
En ALDI te contamos todo lo que tienes que saber para exprimir al máximo esta exótica fruta, desde su origen, cuáles son las variedades que más triunfan y cuándo es el mejor momento para degustarla, así como sus principales usos en cocina. ¡Larga vida al maracuyá!
El maracuya proviene de una planta trepadora, cuyo nombre científico cuesta de pronunciar: Passiflora edulis. ¿Una curiosidad? El término latín edulis significa “comestible”. Tras este inciso, debes saber que esta exquisita fruta tropical es originaria del Amazonas, siendo Brasil probablemente el mayor productor mundial. Este país está considerado el origen de unas 150-200 especies de las 465 existentes de Passiflora. Le siguen Colombia, Venezuela y los países de Centroamérica.
Te regalamos una curiosidad: el maracuyá también recibe el nombre de fruta o flor de la pasión por la similitud de su flor con algunos símbolos religiosos relacionados con la Pasión de Cristo. Y hasta aquí podemos leer. ¿Seguimos?
Partamos de la base que cualquier maracuyá despierta los sentidos con su particular aroma y sabor. Dicho esto, ¿sabías que son muchas las clases de maracuyá comestibles y cada una es típica de cada país? Por ejemplo, la granadilla dulce se cultiva por toda América del Sur, Hawái y Kenia. La curuba es originaria de Colombia y el muico de Brasil. Eso sí, las variedades de fruta de la pasión se diferencian básicamente por el tipo de fruto, el tamaño, el color e incluso el sabor. Aquí tienes las más conocidas:
Es la variedad de maracuyá más popular en Europa. La Passiflora edulis sims es nativa de Sudamérica, extendiéndose desde el sur de Brasil hasta el norte de Argentina. Como deja entrever su nombre, el color de su piel gira en torno al violeta y el púrpura oscuro. En cambio, la pulpa puede ser verdosa y anaranjada.
Comparte muchas de las cualidades de la variedad de maracuyá púrpura pero tiene la piel de color amarillo. Además, la Passiflora edulis flavicarpa es de mayores proporciones, pudiendo alcanzar hasta los 100 gramos de peso. Sin duda, otro tipo que tienes que probar sí o sí.
Te damos algunas pistas, a ver si conoces esta variedad de fruta de la pasión. Tiene una forma ovalada, mide unos 11 centímetros aproximadamente y la piel es amarillenta o anaranjada. El interior de la Passiflora ligularis es grisáceo. ¡Ah! Uno de sus extremos acaba en punta. ¿Sabes de qué hablamos?
La Passiflora mollisima es un tipo de fruta de la pasión que, gracias a sus propiedades organolépticas, tiene mayor potencial comercial para exportarse. Originaria de Sudamérica, concretamente de la Cordillera de los Andes, se asemeja a la forma de una banana y su pulpa es de color amarillo o naranja. Llega a medir 10 cm de longitud.
¿Cuánto crees que puede llegar a medir esta variedad de maracuyá? Te dejamos unos segundos antes de que te lances a responder. Tic, tac, tic, tac… La Passiflora quadrangularis mide, nada más y nada menos, que 26 centímetros de longitud. Ahí es nada. Es alargada y tiene una cáscara repleta de protuberancias.
Como ya hemos hablado de su color, ahora le toca el turno al sabor, la textura y el aroma del maracuyá. Esta fruta exótica tiene un sabor agridulce y su interior es gelatinoso. La fruta de la pasión se caracteriza por una cavidad central que contiene una gran cantidad de semillas de color negro, cubierta de una pulpa muy aromática. Y también sabrosa. De hecho, nos recuerda un poquito al sabor del albaricoque, siendo el maracuyá mucho más refrescante.
#ALDIconsejo: sabrás que la fruta de la pasión está en su mejor momento de madurez cuando su piel se haya arrugado un pelín. Esto es señal de que ha perdido un poco la humedad y está en perfectas condiciones para ser devorada. Ñam, ñam.
Lo tenemos clarísimo. Si quieres degustar el sabor del maracuyá en todo su esplendor, ten presente que esta fruta tropical está disponible desde octubre hasta abril. ¿Su mejor temporada? Sin duda, el invierno.
La fruta de la pasión es un tesoro culinario. Puedes consumirla directamente en crudo (no es necesario retirar las pepitas), o bien usarla para un sinfín de preparaciones. En ALDI te contamos algunas de las recetas con maracuyá con más éxito:
Por ejemplo, ¿qué te parece una merienda a base de un buen smoothie de maracuyá? Aunque, eso sí, como la pulpa es muy espesa, lo mejor es combinarlo con otros zumos y batidos de frutas. Conclusión: márcate un multivitamínico. Como en el caso anterior, también recomendamos mezclar los zumos de maracuyá, ya sea con frutas, yogur, leche o diluirlo en un poquito en agua.
También podrás cocinar esta fruta tropical y obtener riquísimas mermeladas. #ALDIconsejo: para confeccionar este tipo de conservas, no deseches las semillas porque su alto contenido de pectina ayuda a la gelificación del producto.
El maracuyá tiene una presencia muy destacada en repostería. De hecho, es uno de los ingredientes predilectos de cremas pasteleras, flanes, cheescakes, bizcochos y helados.
¿Quién no ha degustado alguna vez un buen cóctel a base de maracuyá? Y es que en coctelería también es un indispensable. Y si todavía no has tenido la suerte de probarlo, acuérdate de nosotros cuando lo hagas. Sublime.
La cocina contemporánea también aprecia mucho al maracuyá, por ejemplo, en ensaladas con brotes verdes, ya que su sabor ligeramente ácido contrasta a la perfección con el resto de ingredientes. ¡Ah! ¿Sabías que la flor de algunas variedades del maracuyá puede ser comestible?
En resumen, la fruta de la pasión cada vez tiene un mayor recorrido en nuestra gastronomía, también a la hora de decorar con esta fruta. Es el producto estrella a la hora de otorgar una nota de sabor tropical en zumos y batidos, sorbetes, macedonias de frutas, helados, cremas, cócteles y otras preparaciones reposteras que no pasan desapercibidas.
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