Planazo para una tarde lluviosa: sacar un buen libro y sentarnos a leerlo en el sofá, dando pequeños sorbos a una taza de café recién hecho y humeante. Si te apuntas al plan es porque, igual que a nosotros, te apasiona la lectura y, además, te resistes a abandonar el placer del libro en soporte físico, a poder pasar, tocar o incluso oler sus páginas. ¿Sí? Bien, tanto si es así como si tienes peques devoradores de libros infantiles o en edad escolar, en este artículo te contamos cómo forrar libros con distintos materiales para que éstos te duren más. Érase una vez, en un reino muy lejano…
Forrar libros es lo mejor que podemos hacer si les tenemos aprecio y queremos que nos duren más. Justamente los libros son objetos que manipulamos mucho y pasan por muchas manos, por lo que es importante protegerlos con un forro que los deje intactos. Y no solo para evitar desastres, sino que forrar un libro también es una forma de darle más consistencia y rigidez.
Hay distintos materiales para forrar libros fácilmente, cada uno con sus ventajas e inconvenientes. La elección de uno u otro dependerá de aspectos como si el libro es nuestro o es prestado, si queremos conservar la portada original, si además de forrarlo también queremos decorarlo…
Estos son los materiales más frecuentes con los que podemos forrar un libro:
Ahora que te hemos contado los materiales más usados, nos ponemos a la acción y te contamos cómo forrar libros con algunos de ellos.
Elige un par de telas bonitas para usar como forro o fundas de los libros. Puedes combinarlas de modo que uses una para la cubierta externa y otra para las solapas interiores.
#AldiTruco: lava antes las telas, para evitar que se encojan, y plánchalas para que queden bien lisas.
Mide el libro que vas a forrar con la cinta métrica y obtén el largo y el ancho.
Para saber qué largo tendrá que tener el forro de la cubierta externa, mide el libro desde el extremo superior hasta el extremo inferior y añádele 2,5 cm más.
Para saber qué ancho tendrá que tener el forro de la cubierta externa, multiplica x2 el ancho de la tapa frontal del libro, añade el ancho del lomo (grosor) y añádele 2,5 cm más.
Para calcular la medida de las solapas interiores de las otras telas, usa el mismo largo de la otra tela. Y para el ancho, divide el ancho total entre 3.
Con una tiza o lápiz marcador, traza las líneas sobre las telas a las medidas necesarias con la ayuda de una regla (o con la misma cinta métrica) y corta con la tijera de modo que obtengas: 2 pedazos de tela grandes para el exterior y el interior del forro de libro y 2 pedazos de tela más pequeños para las solapas del interior.
Haz un primer doblez de unos 0,5 cm en el extremo más largo de la tela interior y márcalo con la plancha. Vuelve a doblar la tela sobre el primer doblez, y plánchalo bien. Así obtendrás un dobladillo de doble capa de 0,5 cm cada una.
Cuando esté bien fijado, usa la máquina de coser para cerrar el dobladillo por la parte interior.
Repite el mismo proceso con la otra tela de la solapa interna.
Coloca el trozo más grande de tela con el estampado hacia arriba. Después, coloca las solapas encima, de manera que queden alineadas con los extremos de la derecha y la izquierda de la otra tela. Los lados cosidos con el dobladillo deberán apuntar hacia el centro de la tela grande.
Por último, coloca el trozo de tela grande restante sobre las otras 3 telas (el estampado de esta tela debe estar hacia abajo).
Para evitar que se muevan las telas mientras las coses, asegúralas con alfileres.
Es momento de coser los bordes del forro, pero es importante dejar un pequeño margen de 1 cm en el centro del extremo superior del forro, con el objetivo de poder darle la vuelta al final.
Con la tijera, redondea las 4 esquinas de tela. No es un paso imprescindible, pero el resultado queda más pulido. ¡Llegó el momento de darle la vuelta al forro de tela de nuestro libro!
Dale un buen golpe de plancha al forro ya montado para que quede bien liso y vuelve a coser los 4 lados con la máquina de coser. Puedes dejar un margen de 1 cm. Al coser todo el perímetro, cerrarás el pequeño espacio que habíamos dejado antes para poder darle la vuelta. Voilà!
Necesitarás...
Recorta el papel a la medida adecuada, que deberá ser algo más grande de lo que mide el libro a forrar.
Sitúa el libro encima del papel de modo que esté bien centrado (con un margen de papel similar en todos los lados), y ve doblando los pliegues, que deberás fijar con el celo en la cara interior de la tapa del libro. Primero haz la portada y luego la contraportada. ¡Ojo con tensar demasiado el papel, podría hacer que las tapas se doblen!
Después, para poder forrar la parte de las pestañas superiores e inferiores del libro, haz un par de cortes en diagonal al papel que está más cerca del lomo para poder doblarlo fácilmente.
Con la tijera, recorta el papel que sobra por la parte del lomo, y refuerza esta zona con celo para que tenga más consistencia y dure más.
Si te apetece, el papel para forrar libros tiene la ventaja de que podemos añadirle decoración extra. Por ejemplo, puedes recortar una cartulina bien vistosa y pegar el título del libro en la portada y en el lomo. Es momento de sacar a relucir la creatividad (o tu pasión por el scrapbooking y decorar el libro como más te guste): escribir el título con unas bonitas letras, hacer un collage, añadirle un bolsillo, decorarlo con washi tape, con cintas elásticas, con pegatinas divertidas… ¡los límites los pones tú!
Necesitarás...
Pon el libro que quieras forrar en el centro, de modo que los márgenes queden iguales por todos los lados y marca por donde quieras cortar. Ayúdate de las guías que llevan este tipo de plásticos y corta el forro que necesites con la tijera.
Coloca el libro sobre el forro respetando los márgenes y marca la línea de una de las solapas del libro, doblando el forro. Esta línea te servirá de referencia durante todo el proceso.
Empieza a despegar el adhesivo poco a poco, manteniéndolo bien estirado, y ve avanzando lentamente hasta un poco más allá de la línea de referencia. Es un momento importante, por lo que evita interrupciones o distracciones. ¡Máxima concentración si quieres forrar libros sin que queden burbujas!
Ve extendiendo el plástico mientras vas retirando el papel. Al llegar al extremo del lomo, detente y realiza un corte en diagonal. Pliégalo y dóblalo hacia dentro de la tapa, para evitar que se pegue la suciedad.
Elimina los sobrantes que hayan podido quedar y continúa forrando el libro por el lomo. Después, dale la vuelta al libro y sigue el mismo procedimiento: extendiendo poco a poco el plástico, retirando el papel y avanzando lentamente, hasta doblar las esquinas hacia dentro. Por último, quita los sobrantes que encuentres.
Para que el forrado del libro quede perfecto y sin ninguna burbuja, toma nota de este #Alditruco: pasa una cuchara sopera por encima de todo el libro ya forrado, ¡verás que el resultado queda súper profesional!
Aquí te dejamos un vídeo que muestra cómo forrar libros tanto con papel como con plástico adhesivo para que, elijas la opción que elijas, tus libros queden bien protegidos. ¡Buena lectura!
Para ver el vídeo haz clic en el siguiente enlace.
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