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El gluten es un componente que se encuentra de forma natural en la semilla de algunos cereales, como son: el trigo, la cebada o el centeno, entre otros. Además, este compuesto también está presente en alimentos derivados, como el pan, y en los ingredientes de algunos alimentos procesados.
El gluten es importante en alimentos como el pan o la repostería por la esponjosidad y elasticidad que les aporta. Sin embargo, muchas personas no pueden ingerirlo por diferentes razones, así que para estas es importante leer siempre los ingredientes de los productos antes de consumirlos.
Existen diferentes patologías relacionadas con el gluten y que afectan a individuos en todo el mundo, aunque tienen destacadas diferencias, estas son:
Las personas que tienen sensibilidad al gluten son las que tienen que eliminar, de manera parcial o total, este componente de su dieta.
Por otro lado, las personas que padecen celiaquía tienen que retirar completamente el gluten de su vida.
Los individuos con una sensibilidad al gluten no celiaca pueden ingerir y tolerar cierta cantidad de dicho componente.
Por último, a las personas que tienen inflamación intestinal se les suele recomendar retirar temporalmente el gluten. Una vez reducida la inflamación, se puede volver a introducir dicho componente.
A menudo, pueden surgir dudas sobre cuál es la diferencia entre una alergia y una intolerancia, e incluso podemos confundirlas si los síntomas son parecidos. Aunque son dolencias diferentes:
Actualmente, las dietas sin gluten han ganado popularidad, no solo en personas que padecen algunos de los problemas mencionados en el párrafo anterior, sino también en otras que entienden que los productos sin gluten son más saludables. Parte de esta tendencia se debe al fácil acceso a productos etiquetados como ‘sin gluten’, los cuales también han facilitado la gestión alimentaria de personas con sensibilidad al gluten o celiaquía.
Por ello, vamos a exponer algunos datos que cuestionan algunos mitos sobre el gluten:
En España, se estima que un 8% de la población evita el gluten en su dieta, de los cuales, 2 de cada 3 lo hacen sin tener una razón justificada de salud. Además, algunos estudios también apuntan a que las personas que evitan el gluten también suelen eliminar los productos lácteos.
Sin embargo, no hay pruebas científicas que justifiquen que la eliminación del gluten sea una alternativa más saludable. Exceptuando los casos donde existe celiaquía, sensibilidad al gluten o procesos inflamatorios intestinales en los que un especialista recomiende restringirlo.
En algunos casos, se percibe mejoría en algunos síntomas, mayormente digestivos, por eliminar de la dieta el gluten. Sin embargo, esta es una percepción subjetiva relacionada con el concepto de saludable que rodea a los productos sin gluten.
Aunque hay algunos mitos sobre el gluten, también hay hechos que son reales. Por ejemplo, los productos que llevan la etiqueta “sin gluten” son 100% aptos para personas con celiaquía, sin embargo, esta etiqueta no quiere decir que sean más saludables. De hecho, algunos productos sin gluten son alimentos ultra procesados ricos en grasas, azúcares y sal, y un mayor consumo de esos componentes puede resultar en una dieta de peor calidad. Una alternativa al gluten saludable es el trigo sarraceno, entre otros. Asimismo, llevar a cabo una dieta sin gluten sin motivos de salud no aporta beneficios nutricionales ya que, la exclusión de alimentos básicos como son los cereales y sus derivados dificulta la alimentación diaria.
En el caso de tener que eliminar o restringir el gluten, se recomienda acudir a profesionales de la salud especializados en nutrición y dietética. Esto se debe a que estas dietas pueden ser deficitarias en fibra, vitaminas D, B12 y folatos, hierro, zinc, magnesio y calcio. Además de que pueden llegar a ser muy restrictivas y difíciles de seguir.
Otra realidad sobre las dietas sin gluten es que estas son más caras que la media. Sin embargo, en los Supermercados ALDI siempre podrás encontrar productos en oferta que se adecúen a tu tipo de dieta.
En conclusión, el gluten no es malo para las personas que no padecen celiaquía o sensibilidad al gluten. De hecho, una dieta sin gluten puede provocar carencias en el organismo. Antes de optar por una dieta libre de gluten, es importante acudir a un profesional de la salud que evalúe lo que es adecuado en cada caso.
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