Hace un tiempo, el kéfir se hizo viral. Y, desde entonces, se cuela en todas partes, desde desayunos hasta meriendas. Este producto se ha convertido en uno de los alimentos estrella de la sección de lácteos de cualquier supermercado. Y no es para menos, porque está riquísimo. Palabrita de ALDI. Es tan popular que incluso ha inspirado nuevas versiones con frutas y sabores exóticos.
Mucha gente lo confunde con el yogur porque comparten textura y color, pero de eso nada, monada. El kéfir no es yogur; y, no, el yogur tampoco es kéfir. Sin embargo, como pocos conocen sus diferencias, tienden a meterlos a los dos en el mismo saco. ¡Con lo distintos que son! Por eso, hoy venimos cargados con información valiosa que te ayudará a distinguir de una vez por todas estas dos leches fermentadas. Porque sí, ambos son deliciosos, pero cada uno tiene su propia personalidad.
¿Te apetece una dosis de sabiduría? Let’s go.
La viralidad del kéfir durante estos últimos años nos puede hacer pensar que se trata de un producto relativamente nuevo, pero lo cierto es que apareció hace más de 2.000 años. Qué barbaridad. Viene desde el Cáucaso, y el término que lo designa, «kéfir», significa «sentirse bien», haciendo referencia concretamente al estado de felicidad que experimentamos cuando terminamos de comer.
La principal diferencia con el yogur se produce en el proceso de fermentación y en los microorganismos que lo protagonizan. Mientras que el yogur se elabora a partir de la fermentación láctica de la leche con dos bacterias principales, Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus termophilus, la fermentación del kéfir es lactoalcohólica y puede contener una gran cantidad de bacterias, como Streptococcus casei, Streptecoccus lactis, Streptococcus cremoris o Streptococcus acidophilus, entre otras, y la levadura Kluyveromyces marxianus. Además de esta distinción, el yogur se desarrolla en temperaturas altas y contiene entre 4 y 6 cepas de microorganismos vivos, mientras que el kéfir puede llegar a desarrollarse a 45 grados y a contener de 10 a 40 cepas. Y tú pensabas que eran iguales… ¡De eso nada!
Salta a la vista que, en su exterior, el kéfir y el yogur son muy parecidos, pues ambos tienen un color blanco característico. Sin embargo, la textura del yogur es más densa y cremosa, y la del kéfir es más líquida y ligeramente viscosa. De hecho, mientras el primero se suele comer con cuchara, el segundo es bebible.
Te lo decimos siempre, camarada: para gustos, colores. Si te gustan los sabores con un toque de acidez, tienes que probar el kéfir. Puedes elegir el de leche o el de leche con frutas si te apetece un lácteo un pelín más dulce. En cambio, el yogur contiene más azúcar natural y es ideal para almas más dulzonas. En ALDI, no podemos elegir; se nos hace la boca agua pensando en cualquiera de los dos.
Te lo decimos siempre, camarada: para gustos, colores. Si te gustan los sabores con un toque de acidez, tienes que probar el kéfir. Puedes elegir el de leche o el de leche con frutas si te apetece un lácteo un pelín más dulce. En cambio, el yogur contiene más azúcar natural y es ideal para almas más dulzonas. En ALDI, no podemos elegir; se nos hace la boca agua pensando en cualquiera de los dos.
La elaboración del kéfir es muy sencilla. Tanto, que incluso puedes hacerlo en casa con tan solo dos ingredientes: leche y gránulos de kéfir, unos granos pequeñitos que tienen forma de racimo de coliflor. Para prepararlo, tan sólo tienes que mezclar los gránulos de kéfir con la leche y dejar fermentar la mezcla durante un día entero. Gracias a la larga duración de este proceso de fermentación, las bacterias pueden consumir una gran cantidad de azúcares; es decir, que se puede llegar a obtener un producto con un contenido de lactosa muy bajo.
Sin embargo, si eres intolerante a la lactosa y no puedes ingerir ni un mínimo de este azúcar, te alegrará saber que también tienes la opción de preparar kéfir de agua. Sustituye la leche por agua y haz la fermentación a partir de agua con azúcar añadido. Esta opción también es apta para dietas veganas. ¡Kéfir para todos!
El proceso de elaboración del yogur es un tanto distinto, pero casi tan fácil como el del kéfir. En una olla, debes añadir leche y fermento y, con la ayuda de un termómetro, tienes que conseguir que llegue a unos 45°. Después, coloca la mezcla en un termo, sobre una tabla de madera, y déjala fermentar durante unas 8 o 10 horas. Para acabar, tendrás que abrirlo y meterlo a la nevera. ¡Y listo!
Y ya que hablamos de productos lácteos, es importante mencionar al skyr, ese nuevo producto estrella de los lineales, aunque de nuevo tiene poco, porque llegó hace más de mil años, directamente desde Islandia. Aunque comparte cierta similitud con el kéfir en términos de apariencia y textura, el skyr es técnicamente un queso fresco.
Su proceso de elaboración comienza con la fermentación de leche desnatada junto a cultivos bacterianos específicos. Posteriormente se cuela para eliminar el suero, lo cual acaba resultando en un producto denso y cremoso, con un sabor más suave y menos ácido que el kéfir.
Además, el skyr tiene una mayor concentración de proteínas, lo que lo convierte en el favorito de aquellas personas que buscan un snack saciante. Hoy en día, lo puedes encontrar en versiones naturales o con frutas, ideal también para desayunos o meriendas. ¡Ojo, que cada lácteo tiene lo suyo!
Añade lácteos a tu dieta con un smoothie de frutas y kéfir. Es ideal para darte un chute de energía esos días calurosos de verano en los que no te apetece moverte. Para prepararlo, bate algunas piezas de fruta fresca o congelada, una taza de kéfir (los de Milsani están buenísimos), una cucharada de miel y otra cucharada de esencia de vainilla hasta conseguir una mezcla homogénea. Después, vierte un puñado de avena en un vaso e incorpora tu mezcla por encima. Ñam, ñam. En ALDI tenemos algunas recetas de smoothies en las que puedes cambiar el yogur por el kéfir, ¡seguirán estando deliciosas!
En nuestra sección de recetas tienes a tu disposición un montón de recetas con yogur. En este caso, te recomendamos los vasitos de yogur y manzana caramelizada que encontrarás en el apartado de dulces y postres junto a otros platos deliciosos. Para prepararlos, tan solo te harán falta 9 ingredientes que podrás encontrar en cualquier supermercado ALDI. ¿Te atreves a dejar a tus comensales con la boca abierta?
¿Te mola el verde y el yogur? Prueba esta crema de pepino con yogur, fresca y suave. Ideal para quienes aman el gazpacho pero buscan algo diferente y delicioso. ¡Dale, cocinitas!
Atrévete con este brócoli a lo oriental, combinado con yogur y mostaza. Fácil, rápido y económico, hará que tu cocina viaje lejos sin moverte de casa. ¡Vamos allá!"
Este hojaldre de calabacín con queso de cabra y yogur está in-cre-í-ble. No te lo pierdas, pruébalo y cuéntanos qué te parece. ¡A disfrutar de esta delicia con yogur de ALDI!
¡Este producto ya está disponible en tu supermercado!
El servicio de aviso está desactivado.
Aviso de disponibilidad
¡Gracias! El aviso se ha activado correctamente.
Recibirás un aviso el día ${date} a las ${time}.
Debes confirmar tu email.
Esta página es válida para $[region-to] y muestra ofertas no disponibles para tu ubicación $[region-from].
¿Quieres continuar?
Si seleccionas esta tienda de $[region-to] cambiarás tu ubicación de preferencia $[region-from].
¿Quieres continuar?
