España es el mayor productor de aceite de oliva del mundo, con un total de 2,3 millones de hectáreas dedicadas al cultivo de uno de nuestros bienes más preciados: la aceituna. Y a mucha honra. Protagonista indiscutible de nuestra gastronomía mediterránea e incluso objeto literario de múltiples y reputadas obras, nuestro oro líquido se comercializa bajo diferentes denominaciones según su grado de pureza.
En ALDI te explicamos las principales diferencias entre los tipos de aceites de oliva, así como sus propiedades organolépticas y usos recomendados en cocina. Aceite de oliva, ¡gracias por existir!
A grandes rasgos, existen tres categorías de aceite de oliva: virgen extra, virgen y aceite de oliva a secas. A continuación, te mostramos cuáles son las diferencias entre estos tipos de aceite de oliva, para que tengas clara su procedencia y los reconozcas con facilidad. ¿Estás ready?
Es el aceite de oliva más puro y, por consiguiente, el más preciado de todos. Y es que está formado en un 100% por zumo de aceituna. Se obtiene mediante procesos mecánicos, en los cuales no se le agrega ningún tipo de aditivo ni conservante. En definitiva, es un aceite de oliva no refinado, pues no ha sido tratado a nivel químico o con calor en su proceso de extracción. Eso sí, es vital escoger el momento justo de maduración de la aceituna para su recolección, ya que es un factor que determinará la calidad del producto.
A diferencia del aceite de oliva y el virgen, su acidez tiene que situarse siempre por debajo de los 0,8º. Asimismo, el aceite de oliva virgen extra (AOVE) hace honor a su fama porque conserva todas las características sensoriales y nutricionales, sin defectos en aroma y sabor. Es muy rico en ácidos grasos monoinsaturados, que aportan antioxidantes naturales, por lo que también presume de muchos beneficios para la salud. Ya sabes, inclúyelo en tu dieta sí o sí.
#ALDIconsejo: para sacarle el máximo partido a todas sus propiedades, en ALDI recomendamos su consumo en crudo. Lo más de lo más. Así pues, ¿qué te parecería degustarlo sobre una tostada de pan en el desayuno? El AOVE es fundamental para aliños y aderezos de ensaladas, al igual que en otros platos fríos. No olvides enriquecer con él tus escabeches y conservas. ¡Ah! Y para tus fritos. Sí, has leído bien, porque es el aceite de oliva que se degrada menos con las fuentes de calor. Toma ya.
Al igual que el aceite de oliva virgen extra (AOVE), el aceite virgen es también el zumo puro de la aceituna, obtenido mediante procedimientos mecánicos. Entonces, ¿dónde reside la diferencia? Básicamente en que este tipo de aceite de oliva no logra el nivel de excelencia y categoría superior que se le exige al “extra”. Además, su nivel de acidez debe ser menor o igual a 2º.
El segundo criterio diferenciador entre el aceite de oliva virgen y el virgen extra es puramente organoléptico. El AOVE no tiene defecto alguno en los paneles de cata, mientras que el aceite de oliva virgen sí presenta pequeñas anomalías sensoriales que hacen que pierda el título de virgen extra.
#ALDIconsejo: aunque no alardee de la calidad superior de un aceite de oliva virgen extra, el virgen también se consume tal y como se “exprime” del fruto. Es decir, en crudo. Por lo que será un aceite excelente para aliñar tus ensaladas y otras preparaciones frías, del mismo modo que para adobar, conservar y emulsionar (como mayonesas y otras salsas). No olvides usarlo en tus salteados, estofados, asados y fritos, así como para rehogar y confitar. Sin duda, un must have de tu cocina.
Este tipo de aceite, a diferencia de sus compañeros, es una mezcla de aceite de oliva refinado y un pequeño porcentaje de aceite de oliva virgen, de ahí que pierda la distinción de “virgen”. Es importante que tengas presente que los aceites de oliva se subdividen en dos clases, en función de su nivel de acidez: de sabor suave (0,4º) y los que contienen una mayor cantidad de aceite de oliva virgen, de mayor intensidad (1º).
#ALDIconsejo: las cualidades organolépticas del aceite de oliva son muy distintas a las del aceite de oliva virgen extra y el virgen, pues ni el color, el aroma o el sabor reflejan tanta calidad e intensidad. Además, aunque los aceites refinados no son de mala calidad en sí mismos, es verdad que el refinamiento origina que se mermen los antioxidantes. Y, por lo tanto, que el aceite pierda algunas de sus propiedades. Por este motivo, aconsejamos que idealmente se empleen las categorías superiores para consumir en crudo. Y, por consiguiente, que el aceite de oliva se use fundamentalmente en otras acciones culinarias, tales como freír, rehogar, saltear o emulsionar.
Que en ALDI somos muy fans del AOVE ha quedado más que claro. Clarinete, más bien. Y eso que todavía no hemos hecho referencia a sus maravillosas propiedades organolépticas.
En este apartado, te enseñamos a identificar uno de nuestros productos gastronómicos más valorados a nivel mundial, aunque en nuestros supermercados te lo ponemos más que fácil, porque siempre te quedará fijarte en el etiquetado. ¡Toma nota!
Aroma: es vital a la hora de apreciar un buen aceite. Ahora, cierra los ojos. Cuando huelas un aceite de oliva virgen extra tendrás la sensación de estar oliendo un verdadero zumo de aceitunas, cuya intensidad refleja una pureza sin igual. Un aroma afrutado, intenso y fresco.
Sabor: cuando degustes un AOVE notarás una agradable sensación de picor medio en la parte inicial de la garganta y un amargo equilibrado en la parte final de la lengua, cuando proceda de aceitunas verdes. En cambio, disfrutarás de un cierto dulzor cuando el aceite de oliva virgen extra se haya producido a partir de frutos maduros.
Textura: otro de los aspectos importantes de este tipo de aceite es su cuerpo o consistencia física. Así pues, debe tener una textura fluida, nunca acuosa o pastosa. En otras palabras, cuando lo cates debes apreciar una ligera suavidad en el primer tercio de la boca.
Color: el aceite de oliva virgen extra presenta una amplia gama de tonalidades, que oscilan entre el verde oscuro hasta un dorado intenso muy apetecible a los sentidos. También hay aceites de categoría superior que pasan por tonos amarillos y anaranjados. Una curiosidad: ¿sabías que en las catas de aceite solo se emplean el olfato y el gusto? De hecho, se utilizan copas opacas para que el/la catador/a no se deje influenciar por el color. Conclusión: el color no es garantía clara ni de calidad ni de intensidad del aceite. Dicho queda.
>> Ahora que ya sabes las principales diferencias entre los distintos tipos de aceites de oliva, no te pierdas nuestro post sobre reciclaje del aceite usado. En él aprenderás a darle nuevos usos al aceite de oliva usado (por ejemplo, para elaborar un jabón casero para el cuerpo y la lavadora que es una maravilla) o dónde tirarlo para ser responsables con el medioambiente.
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