Érase una vez un eco, eco, eco...
Lo oyes por todas partes y huyes disimuladamente hacia atrás de todas las conversaciones. “Yo compro leche ecológica”, “¿tomas cereales ECO?”, “me encanta la ternera 100 % orgánica”… Ya, no pasa nada por quedarse fuera de una charla, pero para que la próxima vez que se hable de productos ecológicos esas palabras no hagan “eco, eco, eco…” en el aire y en tu cabeza, te vamos a contar lo suficiente para que tengas respuesta para todo y para todos.
Empecemos por el principio, en concreto, por una época en la que todos los productos eran ECO y no tenían ningún aditivo artificial ni se habían usado pesticidas sintéticos. Lo mejor estaba en ellos mismos y no les hacía falta nada más. Un tiempo en el que los alimentos tampoco llevaban certificados porque no los necesitaban. Los productos ecológicos que podemos encontrar hoy en día en nuestras tiendas son como los de esa época: se obtienen mediante técnicas que aprovechan los ciclos naturales de desarrollo de las plantas y los animales y evitan el uso de agentes externos o que puedan ser perjudiciales para la salud de las personas, los animales o el medio. De esta manera, además, se contribuye a preservar el entorno que nos rodea y a asegurar que no se sobreexplota a ningún ser vivo ni su entorno porque, al fin y al cabo, no es necesario para obtener los productos que tanto nos gustan.
Ahora que ya sabes qué son los productos ECO, toca diferenciarlos del resto. Es fácil. Todos los productos etiquetados con el sello de agricultura ecológica de la Unión Europea cuentan con la garantía de que han cumplido las normas de producción, elaboración y distribución que marca la normativa.
Vale, ya sabes qué son los productos ecológicos y cómo identificarlos. Ahora llega el momento de asignarles espacio en la despensa y la nevera.
Productos frescos. Los huevos, las carnes, las frutas y las verduras también se han sumado al certificado ECO. Cuando te acostumbres a comer estos productos procedentes de la agricultura ecológica, te habituarás a su sabor, olor y textura 100 % auténticos.
Cereales y pasta. Los que proceden de la agricultura ecológica no suelen ser refinados, por lo que el grano se encuentra completo. Puedes probar nuevos cereales como la quinoa o el mijo. La pasta te lo pone más fácil: ya sea integral o no, podrás seguir preparando tus platos de espaguetis o fusilli como siempre.
Bebidas vegetales. Si has dado el paso de beber menos leche animal, se abre ante ti todo un mundo de bebidas vegetales que se consiguen después de licuar cereales, legumbres o frutos secos. Atrévete con la de avena, cremosa y de sabor neutro, la de soja, altamente proteica, o la de arroz y soja, la preferida de los más peques de la casa gracias a ese puntito dulce que les encanta. Pero no solo podrás sustituir la leche, también podrás tomar otras bebidas procedentes 100 % de la agricultura ecológica como zumos de frutas o verduras y, por supuesto, vinos de las mejores D. O.
Lácteos. Dicen que si los lácteos proceden de vacas o cabras tratadas con cariño, que pastan libremente y que comen alimentos también procedentes de la agricultura ecológica, saben aún mejor. Por eso los yogures y quesos ECO son una buena opción para tu día a día.
Conservas y otros productos. Para tener productos ecológicos siempre a mano no tienes que ir al mercado cada día. Existe una gran variedad de conservas vegetales procedentes de la agricultura ecológica controlada, como aceitunas, legumbres, salsas o patés. Y, por supuesto, alimentos elaborados como galletas, bizcochos, mermeladas, tarritos para bebés… Puedes hacer una compra totalmente ecológica sin dar vueltas por diferentes tiendas ni mercados.
Ahora ya lo sabes todo. Eres un pequeño maestro de lo ecológico. Solo falta que te atrevas a demostrarlo hablando, comiendo y cocinando estos productazos.
Mezclar frutas y verduras es sinónimo de éxito cuando hablamos de zumos. Combina las correctas y obtendrás un delicioso licuado repleto de color… ¡y sabor!
No necesitamos muchos ingredientes para preparar un plato de sabores intensos y naturales. ¡No te compliques! En muy pocos minutos te estarás relamiendo ante este plato de pasta.
Si te gusta utilizar cereales en tus platos y quieres descansar del arroz o la quinoa, ¡prueba con la espelta! Combinada con tomates y verduras será el entrante perfecto. Lo disfrutarás y te dejará un hueco para el segundo plato.
Para ver un partido, el último capítulo de esa serie o como entrante de una fiesta de pijamas. Estos nachos son para que los disfrutes entre risas y con amigos, aunque no podemos garantizarte que quieras compartirlos… ¡Su toque picante y auténtico sabor pondrán a prueba tu amistad!
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