El “yo ya soy moreno/a y no me quemo nunca”, afortunadamente, ya ha pasado a la historia. Ahora, las rutinas de protección de la piel ante el sol han venido para quedarse. Menos mal. Y es que, en general, somos mucho más conscientes de los riesgos de la exposición solar y la necesidad de protegerse de la radiación ultravioleta. No obstante, aún queda mucho trabajo por hacer.
Por esta razón, desde ALDI te invitamos a que te quedes unos minutillos con nosotros y aprendas la lección: te enseñamos los motivos por los cuáles debes protegerte del sol, qué protección solar es el mejor para ti y otros consejos útiles para tomar el sol con seguridad. No te arrepentirás. Prometido. Ahora sí, ¿vamos a la playa?
¿Sabías que el sol juega un papel muy decisivo en tu salud? Los dermatólogos nos están alertando sobre los riesgos de la exposición solar y la necesidad de protegerse de la radiación ultravioleta.
En función de tu tipo de piel y de las precauciones que adoptes a la hora de tomarlo, el sol ejercerá una serie de efectos sobre tu piel:
Conclusión: no te la juegues y protégete sí o sí. Te enseñamos cómo hacerlo a continuación.
El factor de protección solar (FPS) es un valor numérico que nos informa sobre cuánto tiempo aumenta un protector solar la capacidad de defensa natural de la piel frente al enrojecimiento previo a la quemadura. En otras palabras, antes de que la piel llegue a quemarse.
Para calcular los minutos, simplemente tienes que multiplicar este tiempo por el número del factor de protección solar. Por ejemplo, si tu dermis tiene una resistencia natural al sol de 10 minutos y te has aplicado una crema con FPS 15, quiere decir que tu piel va a estar protegida durante 150 minutos, aproximadamente. Capisci?
En ALDI, conscientes de las dolencias derivadas de los rayos UVA y UVB, te recomendamos que tu protector solar sea lo más alto posible:
Ahora que ya eres consciente de la vulnerabilidad de tu piel bajo los rayos UVA y UVB, te ayudamos a escoger la mejor crema con protección solar. Porque sabemos que es imprescindible en un botiquín de viaje, sigue estos criterios y ¡hazte con ella!
El fototipo es la capacidad de la piel para responder a la radiación solar. Por este motivo es esencial seleccionar el protector solar en base a tu fototipo de piel. Esta clasificación determina que según tu color de piel, ojos y cabello, pertenecerás a un fototipo u otro. Para saber en qué fototipo estás, te aconsejamos este test de la OCU. Lo más. Si ya has descubierto tu fototipo de piel, sabrás perfectamente qué FPS es el más seguro para ti.
Es indispensable elegir una crema solar que proteja tu piel tanto de los rayos UVA, como de los UVB. Los primeros penetran hasta las capas más profundas de la piel como la dermis e incentivan el envejecimiento prematuro, las manchas, las arrugas, la flacidez, etc. En cambio, los rayos UVB se quedan en la capa más superficial de la piel, en la epidermis. En exceso, este tipo es el que origina las temidas quemaduras solares. Next!
Es importante que en cada zona de tu cuerpo uses una protección solar específica. Porque nuestro órgano más extenso no tiene las mismas características en todas las zonas del cuerpo. Por ejemplo, puedes tener mucha sequedad en las piernas y un rostro con la piel mixta o grasa. #ALDIConsejo: hazte con un protector solar facial y otro para el cuerpo. Eso sí, ten en cuenta también otras áreas sensibles como el contorno de ojos o los labios.
Que la crema de protección solar sea resistente al agua y a la sudoración es otro factor indispensable a la hora de comprar la mejor para tu piel. Igualmente, que sea resistente al agua no significa que no debas volver a aplicarla después de darte un buen chapuzón, ¿eh? Recuerda: nunca estará de más.
Con la crema solar también hay que tener un buen feeling. Y quien te diga lo contrario, miente. Hay mil texturas y densidades distintas de protectores solares: crema, aceite, gel, fluido, entre otros. Además, hay productos diseñados para extenderlos con las manos, sprays en formato aerosol, con difusor, en barra… Déjate llevar por tus preferencias y escoge el que te sea más cómodo.
En caso de que tengas pequeñ@s saltamontes, es vital que les apliques una crema solar especial para sus necesidades dérmicas. Ten en cuenta que su piel es mucho más sensible que la de las personas adultas, por lo que se deben extremar las precauciones. De ahí, la importancia de usar un FPS 50+. Y no solo eso, que la exposición sea moderada, evita las horas del mediodía y ayúdate sí o sí de protectores solares físicos como las camisetas, los gorritos, las gafas de sol y las sombrillas.
La piel, el órgano más extenso de nuestro cuerpo, tiene necesidades específicas en función de la época del año. ¿Cómo te quedas? En este sentido, es en verano cuando nuestra piel sufre mayores estragos, como consecuencia de las altas temperaturas y el aumento a la exposición solar. Por este motivo, en ALDI te hemos preparado una serie de consejos para que luzcas una piel saludable. Aquí los tienes:
Según los especialistas, la única defensa real contra los rayos perjudiciales del sol en nuestra salud es la moderación. Este es el gran secreto para cuidar tu salud cutánea. De hecho, la prestigiosa revista Nature publicó un estudio que concluía que “el poder de los rayos del sol es tanto que ni las cremas solares factor 50 protegen totalmente contra el melanoma”.
Como te hemos comentado a lo largo del post, es vital que el producto seleccionado te proteja tanto de los rayos UVA como de los UVB. Sigue las instrucciones del fabricante, pero seguramente te indiquen que debes aplicarla una media hora antes de la exposición al sol. No olvides repetir la operación con frecuencia (cada dos horas, por ejemplo) e incluso tras bañarte, aunque sea resistente al agua.
Los rayos solares menos dañinos corresponden a la franja de horas anteriores a las 11h y posteriores a las 18h. Los dermatólogos también recomiendan limitar la exposición solar los primeros días, con el objetivo de que tu piel se vaya habituando progresivamente al sol.
En los días que tomamos el sol, una buena hidratación es esencial para llevar una vida saludable. El sol provoca una deshidratación progresiva en nuestro organismo, por lo que es fundamental beber abundante agua durante toda la jornada. Pero cuando estés bajo el sol, hazlo de manera espaciada y a pequeños sorbos. De este modo evitarás posibles mareos, insolaciones o golpes de calor. ¡Refréscate!
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