Cómo colocar y empezar a cortar un jamón para un corte fino y perfecto

Sibaritas del mundo, ¡que levante la mano quien no caiga rendido ante las delicias de un buen jamón! Y es que su flechazo es prácticamente instantáneo para la mayoría de mortales, ya que pocos son los paladares que se resisten a este exquisito manjar, uno de los buques insignia de nuestra gastronomía ibérica. Sublime.

En ALDI gritamos a los cuatro vientos que cortar mal el jamón es casi un crimen. En cambio, hacerlo como es debido es todo un arte, que requiere cierta maña, concentración, calma y paciencia. Y, por supuesto, los conocimientos específicos que te contamos en el siguiente tutorial. Dale, maestro/a.

Cuando compras un jamón te asalta la pregunta del millón: ¿cómo lo coloco correctamente en el jamonero, con la pezuña hacia arriba o hacia abajo? Que no cunda el pánico, no estás solo/a. Como tú, la mayoría de personas no tienen ni idea, la respuesta es muy clara: depende. Pero, ¿de qué depende? (sí, como la mítica canción del gran Pau Donés). Fácil, depende del tiempo que tardes en consumirlo. Veámoslo.

…porque te chifla el jamón y te encanta compartirlo con tus invitados, bajo el lema “cualquier excusa es buena”, no hay duda, lo mejor es que coloques el jamón con la pezuña hacia arriba. De este modo, consumirás primeramente la zona más tierna y jugosa, es decir, lo que se conoce como la maza del jamón.

…porque te gusta disfrutar de los pequeños placeres de la vida con calma y en ocasiones especiales, es preferible que coloques la pezuña boca abajo. Así comenzarás por la parte más seca del jamón (la babilla), evitando que se reseque de más y aprovechando con garantías el resto de la pieza. Capisci?

En ALDI te contamos cómo cortar un jamón de principio a fin en tu casa, como un/a auténtico/a profesional, para que le saques el máximo rendimiento. Indispensable: contar con cuchillos bien afilados. Al lío, my friend.

Ahora que ya sabes cómo colocar el jamón en el jamonero, con la pezuña hacia arriba o hacia abajo, toca el momento de limpiarlo con detenimiento. Antes de nada, es importante que sepas que solo debes limpiar la zona que vayas a consumir, más que nada para que no se seque el jamón.

Dicho esto, tu objetivo consiste en quitar la corteza y la grasa amarillenta, hasta que des con la que tiene un color más rosáceo o blanquecino. Si no sabes por dónde empezar, keep calm, realiza un corte profundo en sentido horizontal hacia la pezuña, con la ayuda de un cuchillo de hoja ancha. El corte tiene que estar ligeramente inclinado y tiene que llegar hasta que notes el hueso. ¿Misión cumplida?

Alucinarás cuando te digamos que la postura es un aspecto fundamental para cortar el jamón correctamente y de forma segura. Por consiguiente, cuando lo hagas sitúate justo detrás del jamonero, para que el movimiento con el cuchillo siempre sea de fuera hacia adentro. En cuanto a la otra mano, mantenla resguardada. Solo la deberás emplear para recoger la locha de jamón que acabas de cortar. Listo.

Para sacar buena nota en el arte de cortar jamón, las lonchas deben ser siempre finas y pequeñas, con el fin de poder degustarse de un solo bocado. Por ello, el cuchillo jamonero se convertirá en tu mayor aliado. Seguro que habrás oído hablar de él, tiene la hoja muy alargada, fina y flexible. Ahora cuida tu postura, mantenla en paralelo al jamón. Y empieza cortando capa a capa, con el cuchillo recto, consiguiendo una base de corte horizontal. No desesperes, es normal que las primeras lonchas sean algo más irregulares, pero poco a poco irás consiguiendo el acabado profesional que deseas.

Las áreas que encontrarás cerca de los huesos del jamón son más problemáticas. Esto es así. En ALDI te aconsejamos que te armes de paciencia y no tires la toalla. Practica y practica. Con un cuchillo bien afilado marca y bordea cada hueso, de modo que quede una pequeña incisión. De esta manera, cuando realices el corte de la loncha esta se separará sola al llegar al hueso. Repite este sistema cuando dejen de separarse las lonchas de jamón, siempre con delicadeza, para no desperdiciar ni un gramo de esta exquisitez. Sería un pecado.

Vamos para nota. Ahora toca aprender a cortar la babilla del jamón, que es la zona más estrecha y con menos grasa. Para ello, solo tienes que sacar la pezuña del agarre circular y volverlo a clavar en la posición correcta. No olvides repetir el proceso de limpieza del jamón para proceder con el corte, tal y como se observa en la fotografía. Pim, pam.

Ser capaz de realizar el “tercer corte” al jamón es sinónimo de proclamar un “aquí hay nivel” en toda regla. Y es que significa apurarlo bien, sin dejar nada más que los huesos. En ALDI te aconsejamos que, una vez lo tengas todo a lonchas, ejecutes unos cortes más profundos. Verás que separar las últimas piezas del hueso será una tarea algo más complicada, especialmente porque la carne resultará más dura.

Los grandes maestros cortadores recomiendan servir un buen jamón en un plato redondo y blanco, para que resalte el color tan intenso y característico del producto. Se deben colocar las lonchas en círculo, siempre con la grasa hacia adentro para no deshacerla con los dedos. Importante: sírvelo recién cortado y a temperatura ambiente. Lección aprendida.

Lo que está claro es que el mejor sistema para proteger el jamón es comer un poquito cada día, porque así no le daremos tiempo a oxidarse. Bromas aparte. Cocinitas, si eres de las personas que usan el típico paño de algodón para evitar que se seque el jamón, presta especial atención a las siguientes líneas. Y es que lo mejor para conservar el jamón es protegerlo con su propia grasa y envolverlo con papel film. Luego, búscale sí o sí una ubicación que tenga un ambiente fresco y seco.

¿Y si te sobran lonchas cortadas? Ningún problema, consérvalas en papel film. Para templarlo, sácalo de la nevera una hora antes de consumirlo. También puedes guardarlo al vacío. Sin embargo, cuando quieras hincarle el diente deberás poner el paquete bajo el chorro de agua caliente antes de abrirlo. Solucionado.

Ya se dice… del cerdo se aprovecha absolutamente todo. Y el jamón no iba a ser menos. Las sobras valen oro, pues con los últimos restos de jamón podrás extraer taquitos para degustarlos tal cual, con pan tumaca. O para elaborar la mítica sopa fría de melón con jamón, así como sabrosas croquetas, un aperitivo para Navidad que no puede faltar en tu mesa. 

Ten presente que, independientemente del tipo de pan que emplees, un bocadillo de jamón siempre será una comida fría para llevar al campo o al trabajo (o para llevar a un picnic) muy rica y práctica. 

Por último, con los huesos del jamón podrás enriquecer todo tipo de recetas, sobre todo tus platos de cuchara favoritos, como un suculento cocido madrileño o un caldo de la abuela de ensueño. Ñam, ñam.