Apfel, apple, pomme, poma, maçã, mela… Seas del país que seas, y la llames como la llames, estarás de acuerdo en que la manzana es un must en los fruteros de cualquier hogar durante todo el año. Así como otras frutas tienen una temporada muy marcada, como la sandía o el melón, que asociamos con el sol y el calor, la manzana no quiere perderse ni una fiesta. Se cuela en la sección de frutería principalmente en invierno y en otoño, cuando está más fresca, pero también podemos encontrarla en primavera, e incluso en verano. ¡Olé y olé, qué arte!
Las manzanas son estupendas, pero pueden llegar a ser traicioneras: el problema de esta fruta es que la vemos ahí, tan brillante y llamativa, que nos entran ganas de llevárnoslas todas… y terminamos en casa con una bolsa a rebosar. Te ha pasado, ¿no? Pues bien, como sabemos que te volverá a pasar, te hemos traído algunos trucos para que aprendas a conservar las manzanas y no te toque tirarlas. Zero waste, my friend.
Las manzanas se conservan durante mucho más tiempo en frío. De hecho, los proveedores de esta fruta la mantienen en cámaras frigoríficas profesionales. Eso sí, ellos lo hacen en una atmósfera controlada donde no se deja nada al azar. En casa, puedes (y debes) guardar tus manzanas en el frigo, especialmente en verano, pero deberás asegurarte de que la temperatura no baje de -1 °C ni supere los 5 °C para que no terminen echándose a perder. En resumen: ni tanto ni tan poco, camarada.
Además, es recomendable colocarlas en el cajón de las frutas y verduras del frigorífico, ya que este compartimento está diseñado para mantener una humedad adecuada. Recuerda también revisar regularmente las manzanas para detectar posibles signos de deterioro y así prevenir que se estropeen las demás.
Aunque el título dé que pensar, seguimos hablando de la conservación de manzanas. Esta fruta es climatérica, lo que quiere decir que sigue madurando después de ser recolectada y, al madurar, desprende un gas llamado etileno, que puede afectar a verduras o frutas que se encuentren cerca. Si no quieres que todo el frigo madure a la velocidad de la luz y, por ende, nuestras manzanas también, colócalas en una esquinita lejos del resto de productos.
Ojo: aplica este consejo especialmente a las patatas, ya que ambos productos generan una gran cantidad de etileno y madurarían en menos de lo que canta un gallo. Es una pena, pero el de estos vegetales es un amor imposible.
La humedad del frigo es esencial en el proceso de conservación de las manzanas. Un #ALDItruco buenísimo para que tus manzanas no se resequen en la nevera es envolverlas en papel de cocina o paños humedecidos. También puedes pulverizarlas con agua de vez en cuando para evitar que se sequen; lo importante es que el nivel de humedad no baje demasiado. ¿Entendido?
Ya sabes que existen infinidad de variedades y tipos de manzanas, pero ¿sabías que algunas son más resistentes a la maduración que otras? Si quieres tener manzanas para rato, te aconsejamos decantarte por aquellas variedades con un sabor más ácido, textura firme y piel gruesa. Algunas opciones pueden ser la Fuji o la Granny Smith, pues estas manzanas se mantienen frescas y conservan su textura crujiente durante más tiempo. Ahora bien, si eres fan incondicional de otra variedad, como la Royal Gala, ignora este consejo y sigue el resto a rajatabla. ¡Lo primero y más importante son tus gustos! Ñam, ñam.
¡Vaya! Te has dado cuenta de que has comprado demasiadas manzanas cuando ya las tienes todas cortaditas y listas para degustar. Y ahora, ¿qué hacemos? ¿Se van a oxidar antes de que nos dé tiempo a comérnoslas? Don’t worry, darling, porque todo tiene solución. Exprime medio limón en un litro de agua y sumerge la manzana cortada durante 5 minutos. Este paso es importante, ya que el ácido cítrico del limón ayuda a prevenir la oxidación y evita que la fruta se ponga negra. Después, enjuágala con agua tibia para eliminar el sabor ácido. Luego, guárdala en un recipiente hermético en la nevera para mantener su frescura, en este envase también puedes incluir fruta cítrica cortada para ayudar a que se mantenga como el primer día. Con este truco evitarás que se oxide y podrás llegar a conservarla hasta 7 días más. ¿A que mola?
Además, este método no solo funciona con manzanas, sino también con otras frutas que tienden a oxidarse rápidamente.
Yes, baby. La manzana se puede congelar, siempre y cuando se acepten varios “peros”: en el congelador, la textura perderá firmeza y disminuirá su sabor. Sin embargo, si sigues el proceso adecuado, podrás conservar tus manzanas hasta 10 meses y aprovecharlas en multitud de recetas, como en esta crema de boniato y manzana o esta clásica tarta de manzana. El proceso más recomendado para congelar esta fruta es pelarla, quitarle el corazón y las semillas y cortarla en rebanadas. Después, sumergirla en agua con zumo de limón y colocarla en un recipiente rígido y hermético con almíbar ligero. ¡Te aseguramos que funciona!
Que te durarán, como mucho, una semana. Como hemos mencionado antes, las manzanas continúan madurando incluso después de ser recolectadas, y necesitan estar a bajas temperaturas para mantenerse frescas. Por eso te recomendamos conservarlas en el refrigerador; sin embargo, si no es posible, trata de guardarlas en un lugar fresco y alejado de la luz solar directa.
Evita también lavarlas antes de almacenarlas para no eliminar su capa protectora natural y favorecer el crecimiento de bacterias. Créenos: si sigues estos consejos, podrás disfrutar de tus manzanas frescas y crujientes por mucho más tiempo. ¡Viva!
Con todos estos trucos, ya puedes ir a tu supermercado ALDI más cercano y llenar la cesta con todas tus manzanas favoritas. No olvides antes ojear nuestro folleto, ¡porque igual te las encuentras de oferta!
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