Un amigo ha anunciado que se casa, a tu hermana la han ascendido en el trabajo, te has comido la última uva que da inicio a un nuevo año… Cualquier excusa es buena para abrir la copera, sacar tus piezas de vidrio más especiales y organizar un buen brindis. ¡Salud! La bebida elegida suele ser indiferente —a menos que creas en supersticiones y prefieras evitar el agua—. Sin embargo, el brindis perfecto, el más hollywoodense, es el que se hace con champán… ¿o era con cava? Estos dos líquidos efervescentes son tan parecidos que no es de extrañar que medio mundo tenga problemas para diferenciarlos.
Hoy, gracias a esta publicación de ALDI, vas a empezar a pertenecer a esa mitad del planeta que tiene las cosas claras. Aquí te contaremos las diferencias entre el cava y el champán: en la procedencia, en el proceso de elaboración, en las variedades de uva que se utilizan en cada uno y, cómo no, en el precio. Ready, steady, go!
El champán y el cava proceden de países vecinos: Francia y España. El champán o champagne, como podrás imaginar por su escritura, es el que tiene acento francés. Nació en la región de Champagne, situada en el noroeste del país galo, lugar que cuenta en la actualidad con más de 280.000 parcelas dedicadas al cultivo de viñedos, que tienen como fin último producir la materia prima de una de las bebidas más lujosas del mundo. Si alguna vez tienes la oportunidad de viajar a esta zona, abre bien los ojos, porque estás ante un paisaje reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO. Ahí queda eso.
El cava lo encontramos “en casa”, como quien dice. La zona del Penedés, en Cataluña, se considera la capital de esta bebida, aunque también se reconoce como cava la que se produce en algunas zonas de La Rioja, Aragón, el País Vasco, Navarra o la Comunidad Valenciana. Gran parte de España es testigo del nacimiento de las uvas que hacen del cava un vino espumoso tan especial.
Haberlas, las hay, pero son mínimas. Ambos vinos siguen el método de elaboración conocido como “champenoise”, por su origen francés, que consiste en diez fases bien diferenciadas. Tras la vendimia y el posterior prensado, las uvas se someten a una primera fermentación separadas por variedades. Después, se mezclan los distintos vinos fermentados, se embotella el resultado y se le añade el tiraje, que no es más que la mezcla de levadura y azúcar necesaria para la segunda fermentación, que durará un mínimo de 9 meses. Durante este tiempo, las botellas se giran a diario hasta que llega el momento del degüelle, es decir, de retirar los sedimentos que se han establecido en el cuello de la botella. Para finalizar el proceso, se añaden azúcares y vinos con los que se compensa la pérdida de líquido tras el degüelle y se coloca el corcho. Voilà!
Como bien hemos dicho, hay ciertos procedimientos dentro de este método que pueden diferir entre algunas variedades de cava y de champán; pero, a grandes rasgos, esta es la base desde la que nacen ambos vinos.
Aunque el proceso de elaboración es casi idéntico, si hay algo en lo que no coinciden estos dos vinos es, evidentemente, en las variedades de uva que utilizan. Mientras las variedades más usadas en la denominación del champán son la chardonnay, pinot noir y meunier, los productores de cava apuestan por las uvas macabeo, xarel·lo y parellada, entre otras. De esta elección depende el sabor, la textura, el color y la calidad de ambas bebidas. ¿Lo sabías?
Partiendo de que ambos líquidos dorados son de gran calidad, ¿por qué el champagne ha sido tradicionalmente más caro que el cava? Esta diferencia de precio se explica, sobre todo, por la percepción de lujo que se tiene del primero, ya que el marketing ha dirigido el producto a un público pudiente durante años hasta establecerse como un referente en el mercado.
Aun así, rompiendo una lanza por el espumoso de nuestra tierra, podemos decir con objetividad que en España tenemos cavas que pueden competir con mejores champanes franceses y que, por supuesto, hay champanes de menor calidad que algunos cavas. Todo depende de la categoría de cava o de champán seleccionado; si no las conoces, sigue leyendo.
>> ¿Cava o champán? Ahora que ya conoces sus diferencias, puedes decantarte por uno u otro sin titubear. Y si no eres muy fan de tomar este tipo de bebidas “a palo seco”, siempre puedes servir una tabla de quesos o explorar opciones de maridaje de vinos para encontrar la mejor combinación. También puedes convertir tu copa de cava en un delicioso sorbete de cava. Además, te invitamos a descubrir más ideas en nuestra sección inspírate o consultar nuestro folleto y ofertas para acompañar cada brindis con los mejores precios. ¡Chinchín!
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