¿Cómo es posible que simplemente con tiempo, leche y cuajo se pueda elaborar una infinita variedad de quesos tan diferentes? Solo en España tenemos la suerte de contar con 26 quesos con denominación de origen protegida. Y a cuál más delicioso. Parece mentira que, a pesar de que cada uno presuma de una identidad propia, todos se encuentren con el mismo hándicap al llegar a casa: no saber cómo conservarlos. ¿Fuera o dentro de la nevera? ¿Con el envoltorio original o papel film? ¿Quizás al vacío? Silencio.
En ALDI queremos que aprendas a conservar el queso, se lo merece. Y tú también, porque lo degustarás en su máximo esplendor hasta el último día. ¿Te pica la curiosidad?
Lee con atención los siguientes consejos para convertirte en el/la sabelotodo del queso, ese manjar que nos trae de cabeza a más de uno/a. ¿Spoileamos? Hay dos factores claves para alargar su vida útil: la temperatura de conservación y el envoltorio. Vamos allá.
Por fin damos respuesta a una de las preguntas que más quebraderos de cabeza nos trae. Afirmativo: el queso se conserva mejor en la nevera. Como es un alimento vivo necesita un ambiente fresco para que no se eche a perder. Así de fácil. Lo único que debes tener en cuenta para degustarlo con todo su sabor y textura es sacarlo del frigorífico unos minutos antes de consumirlo. Tiene que estar a temperatura ambiente. ¿Prometes hacerlo? Valdrá mucho la pena.
Quédate con que no todos los quesos tienen la misma temperatura de conservación. Esta varía en función de la edad, el tipo de leche que se ha utilizado en su elaboración y la dureza, entre otros factores. Toma nota de las siguientes indicaciones:
Para que el frío de la nevera no reseque el queso es vital que envuelvas cada tipología con el envoltorio más adecuado. Recuerda siempre la siguiente premisa: el queso no quiere plásticos. Por lo tanto, retira el envoltorio en cuanto llegues a casa. ¿El motivo? Porque este material impide que transpire. Después, guarda el queso con el envoltorio que requiera. Para ello, sigue nuestra guía:
Como estos quesos sueltan mucho líquido una vez abiertos te aconsejamos que los guardes en un recipiente hermético, con un trocito de papel de cocina. Luego, mételo en la nevera. El papel irá absorbiendo el exceso de líquido del queso. Eso sí, deberás cambiarlo cada día para evitar que se generen malos olores y se transfieran al queso.
¿Cuál es el mejor envoltorio para esta clase de queso? Tic, tac, tic, tac. Solución: para que mantenga sus propiedades organolépticas intactas solo tienes que conservar el queso en papel de horno. Y directo al frigorífico. Hazlo sin pegarlo demasiado ni dejarlo excesivamente suelto. El término medio hará que el queso respire, impidiendo que se seque.
Con el método del paño. Se trata de colocar el queso en un plato y cubrirlo con un trapo limpio de algodón humedecido. También puedes envolverlo 360º, tú decides. Acto seguido, llévalo a la nevera tal cual o bien en un recipiente para minimizar su olor. #ALDIconsejo: si quieres presumir de un queso de 10 hasta el último día, córtalo cada vez por un lado diferente o unta sus caras con un poquito de aceite de oliva. Misión cumplida.
El moho es parte del encanto de algunos quesos, como el famoso roquefort, el camembert o el brie. Repetimos, “de algunos quesos”. El resto debe estar exento de moho. Si detectas que aparece en quesos que han estado envueltos durante demasiado tiempo o en aquellos de carácter más húmedo, hay que actuar. Siempre que no sea tarde, evidentemente.
En variedades de curados, semicurados y añejos, es decir, en quesos de corteza dura, simplemente puedes retirar con un cuchillo bien afilado la parte afectada. Créenos cuando te decimos que el sabor del interior del queso no se habrá visto afectado. Sin embargo, acuérdate de cortar más allá de la parte enmohecida, al menos 1 centímetro más. Nada de apurar.
¡Atención! Si nunca has probado esta técnica para conservar el queso fresco, tierno o semicurado, lánzate. Porque el aceite de oliva hace auténticas maravillas con el queso. No te arrepentirás. Lo único que tienes que hacer es cortarlo a dados, introducirlos en un tarro de cristal y cubrirlos con aceite de oliva virgen extra. Si quieres darle un toque extra de sabor al queso, aromatiza el aceite con hierbas, especias y granos de pimienta. A tu gusto, cocinitas.
Ten en cuenta que debes dejar el queso en aceite por lo menos un par de semanas antes de consumirlo, así absorberá todo el sabor de la conserva. Ten paciencia, my friend. Este fantástico invento culinario hará que tu queso dure en perfectas condiciones por más tiempo, concretamente entre 2-3 meses. Es recomendable que se guarde fuera de la nevera, en un lugar fresco.
#ALDIconsejo: a los quesos de cabra les sienta de maravilla el tomillo y el romero, los de vaca se tornan más exquisitos si se aromatizan con un poco de trufa y a los de oveja el picante les va como anillo al dedo. Ahí queda eso. ¿Oído cocina?
Conservar el queso como se merece no es tarea sencilla, por esta razón compartimos algunos de los errores más habituales que se suelen cometer. ¡No caigas en ellos! Son los siguientes:
>> Ah! Y si quieres saber más sobre la conservación de alimentos y evitar de esta forma el desperdicio alimentario te contamos cómo hacerlo en nuestros posts sobre:
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