Escaldar, pelar, freír y tostar. Prepara las almendras para tus platos favoritos

La almendra es uno de los frutos secos más consumidos del mundo desde tiempos muy antiguos. Y no es casualidad. Además de su riqueza nutritiva y sus propiedades beneficiosas para la salud, constituye un ingrediente muy versátil en la cocina.

Es la reina del aperitivo y del picoteo a deshoras, ingrediente esencial de la repostería y de una multitud de platos. Es una joya culinaria. Y ahora te enseñamos a sacarle el máximo provecho.

Si te gusta disfrutar de las cosas sencillas, dale un toque de gracia a tus platos con nuestros tips sobre cómo escaldar, pelar, freír y tostar almendras ¡Tus plantos van a pasar al siguiente nivel!

Seguramente sea una de las cosas que más odies: pelar almendras. Pero la cosa va a cambiar a partir de ahora. Te traemos un método muy rápido para quitarle la piel a este fruto seco sin esfuerzo. ¿No te lo crees? Mira, solo son 3 pasos:

1. Pon agua a hervir en un cazo.
2. Cuando hierva, introduce las almendras con la cáscara y escáldalas de 30 segundos a 1 minuto.
3. Escurre las almendras y déjalas que se enfríen lo justo para poder manipularlas. Retira la piel con la ayuda de tus dedos. Ya verás como después de haberlas escaldado te será muy fácil.

Si dispones de un robot de cocina, también puedes pelar cómodamente las almendras crudas. Atención a nuestro truquito:

Ingredientes:

• 1.500 mililitros de agua
• 200 gramos de almendra cruda

Preparación:

1. Añade el agua en el vaso y programa el robot de cocina a 100ºC/ 15 minutos/ velocidad 2, en el modo “hervidor”.
2. Coloca las almendras crudas en el cestillo y escáldalas a 100ºC/ 1 minuto/ velocidad 2.
3. Vuelca las almendras en un recipiente con papel absorbente. ¡Sorpresa! Listas para pelar. 

Si quieres conseguir que tus almendras fritas queden en su punto justo de textura y sabor, lee con atención las siguientes líneas. Porque, aunque freír almendras sea sencillo, es todo un arte. Y, como todo, ¡tiene sus trucos! Te lo contamos to-do.

¿Perdón? ¿Es que hay almendras más adecuadas que otras para freír? Sí, tal cual. Aunque muchas veces la decisión de usar una u otra variedad depende más del gusto personal de cada uno. Igualmente, aquí tienes nuestra selección más top:

• Almendra Comuna: también conocida como almendra Valencia, es la más conocida en España. Y es una mezcla de variedades de almendra con magníficas cualidades. Es dulce y es muy versátil, por lo que es una excelente opción para preparaciones saladas como dulces.
• Almendra Largueta: de forma más estrecha y alargada que las demás clases, es un tipo de almendra ideal para elaborar postres, ensaladas, yogures e inclusive para comerlas como snack. ¿Lo mejor? Tiene un ligero amargor, que desaparece si se fríe. Su cáscara se desprende con mayor facilidad.
• Almendra Marcona: es la más típica del Mediterráneo, muy apreciada por su gran calidad y propiedades organolépticas. Es la almendra más usada en la elaboración de mazapanes y turrones, ya que contiene un alto nivel de aceite natural. Brutal como aperitivo, frita con sal.
• Almendra Guara: es alargada y de piel color marrón clarito, muy dulce al paladar, por lo que es una excelente opción para freír o tostar. Se emplea en la elaboración de turrones y helados.

1. Pon la sartén al fuego, con 500 mililitros de aceite de oliva virgen extra. Déjalo que caliente, pero sin que llegue a humear.
2. Introduce unos 300 gramos de almendras peladas en el aceite (escáldalas previamente para sacarles la piel con más facilidad). También puedes tostarlas con la piel, como prefieras.
3. Baja un pelín el fuego y no dejes de remover las almendras, así se freirán por ambos lados.
4. Retira las almendras cuando hayan adquirido una bonita tonalidad dorada, escurriendo bien el aceite. Colócalas sobre un plato con papel de cocina para que absorba el excedente de aceite, es la clave para que queden bien crujientes. Déjalas enfriar.
5. Sálalas con abundante sal marina y ¡rápido a la mesa! Recién hechas son una perdición.

Las almendras caseras son uno de los snacks que más triunfarán entre tus invitados. Si quieres ahorrarte faena de última hora, prepáralas con antelación. Eso sí, sigue estos pasos para que se mantengan crujientes y deliciosas por varios días más:

1. Hazte con un bote de cristal. Es importante que el recipiente esté esterilizado y bien seco antes de introducir las almendras fritas y saladas. ¿Lo ideal? Que sea hermético, así evitarás que las almendras se oxiden.
2. Añade las almendras fritas, tostadas o molidas en el envase, hasta que esté lleno y ciérralo herméticamente.
3. Introduce el bote de cristal en la nevera. Las almendras fritas te durarán unos 3 meses aproximadamente. Si quieres alargar su vida útil también puedes congelarlas, porque pueden permanecer intactas hasta 6 meses.

A continuación, te mostramos diferentes métodos para tostar almendras como un/a auténtico/a profesional. Escoge la técnica que más vaya contigo y con tus elaboraciones. Ricas, ricas, ricas.

1. Escalda las almendras tal y como te hemos enseñado anteriormente para retirarles la piel. ¡Importante! Después de pelarlas deberás asegurarte que estén bien secas, así que escúrrelas todo el tiempo que necesiten.
2. Coloca un papel vegetal sobre la bandeja de horno. Esparce las almendras de modo que no queden apiladas. No es necesario que añadas aceite, porque este fruto seco ya desprende el suyo propio. Puedes salarlas ahora o después de tostarse. A tu manera, como la canción.
3. Precalienta el horno a 180º-200ºC y cuando la temperatura sea la óptima, introduce las almendras. Pasados unos minutos remuévelas para que se tuesten uniformemente. El tiempo de horneado variará en función de la potencia de tu horno u otros factores (si las almendras están partidas o enteras…). Por eso, te recomendamos que las primeras veces estés bastante pendiente y apagues el horno cuando hayan adquirido un tono dorado. Si no las has salado antes, toca hacerlo ahora. Con sal gorda están deliciosas. A comer.

1. Pon unos 200 gramos de almendras crudas y peladas en un recipiente adecuado para el microondas. Añade entre 2,5 y 5 mililitros de aceite de oliva virgen extra. Remueve bien para que queden bien aliñadas y coloca una tapa al bol.
2. Calienta durante 2 minutos a velocidad media. Remueve y calienta 1 minuto más a potencia máxima. Como cada microondas es un mundo es mejor que vayas calentando por fases, hasta que le pilles el truquillo. Por ejemplo, vuelve a remover y calienta en intervalos de 30 segundos a una potencia media, hasta que obtengas el punto de tostado que desees.
3. Servir con sal gruesa y ¡listas para degustar!

Que no te asusten los títulos. Estas recetas son super sencillas y todas ellas tienen un denominador común: están buenísimas (palabrita) y tienen como ingrediente a nuestra queridísima almendra.

Ya sabes, si “hoy te toca cocinar a ti”, anímate con uno de estos platos que sabe y huele a hogar: “Pollo al limón con canela”, “Pollo entero al horno con frutos secos”, “Pollo estofado”, “Solomillo de cerdo relleno con verduras” o, para un día más especial, “Suquet de rape y cigalas”. No defraudarás. 

Y, si eres de las personas que les gusta poner el broche de oro al menú con un postre es-pec-ta-cu-lar y a tope de energy, atrévete con el “Crumble de almendras y fresas” made in Aldi. Lo tiene todo.