¿No huele un poco raro aquí? Un pelín… ¿fuerte? Esa receta que con tanto mimo llevas preparando durante todo el día se ha reducido a cenizas y ya no hay nada que podamos hacer para salvarla. La parte buena es que no hay que lamentar más pérdidas aparte del delicioso manjar que estabas elaborando; la mala es que tu olla se ha quedado hecha un cristo. El fondo se ha impregnado de un tono más negro que el carbón y los trozos de comida quemada están pegados hasta en el último rincón del recipiente. ¿Y ahora qué?
Que no cunda el pánico. En ALDI te contamos cómo quitar el quemado de las ollas para que dejes tu recipiente como nuevo y puedas volver a cocinar. ¿Manos a la obra?
Fondo ennegrecido, olor a chamusquina, trozos de comida pegada… Una visita al lavavajillas no va a arreglar este caos, ni tampoco un poco de frote con estropajo y friegaplatos. Para limpiar tu olla quemada vas a tener que probar algunos métodos más agresivos hasta dar con el adecuado. Aquí van varias opciones, ¡vamos allá!
El vinagre, ese gran aliado en la cocina. Igual te limpia el horno que te ayuda a dejar el fregadero como nuevo. Este producto no conoce límites. Y, por supuesto, no iba a dejarte tirado en la tarea de quitar el quemado de tu olla. El procedimiento es sencillo: mezcla una taza de agua y una de vinagre blanco en tu olla chamuscada y ponla a hervir hasta que se consuma todo el líquido. Después, déjala enfriar y limpia el fondo como lo harías de costumbre. Si la capa negra ha desaparecido, ¡estás de enhorabuena! Pero en el caso de que el truco del vinagre no haya funcionado, no desistas; intentémoslo con el siguiente truco.
Prueba y error, de eso trata esto. Si nuestra primera opción no ha conseguido limpiar esa olla quemada que tantos dolores de cabeza te está dando, pasemos al plan B: el bicarbonato. Ya sabes que el bicarbonato de sodio es un limpiador nato que nos ha ayudado en otras ocasiones con tareas más simples, como a desinfectar frutas y verduras o a quitar manchas en la ropa, pero ¿será de ayuda para eliminar el quemado de las ollas? ¡Averigüémoslo!
Paso 1. Pon la olla en cuestión al fuego y añade agua hasta cubrir toda la parte quemada.
Paso 2. Después, agrega una cucharada de bicarbonato, lleva la olla a ebullición y deja que el producto haga efecto durante unos minutos.
Paso 3. Con una espátula de madera, rasca suavemente el fondo de la olla hasta que los restos de comida quemados se hayan despegado por completo. ¿Está funcionando?
Paso 4. Finalmente, saca el agua de la cazuela, sécala con un trapo y comprueba que esté limpia. Si han quedado pequeños restos de suciedad, lávala como de costumbre y observa cómo tu olla vuelve a su estado normal. ¡Tachán!
Si tanto el vinagre como el bicarbonato de sodio te han fallado, don’t worry, darling… Siempre nos quedará la lejía. Estamos seguros de que este líquido eliminará por completo la comida abrasada que se ha quedado pegada a tu olla, pero has de tener cuidado: este limpiador es muy potente y desprende vapores tóxicos. Nuestra recomendación es que utilices guantes en todo momento, ventiles bien tu hogar y, para mayor seguridad, lleves puesta una mascarilla. Más vale prevenir que curar.
Cuando te hayas protegido adecuadamente, puedes empezar. El proceso es similar al de los trucos anteriores: cubre la parte quemada de la olla con agua y vierte un chorrito de lejía. Luego, haz que hierva y deja que el producto haga su trabajo durante un par de minutos. Pasado ese tiempo, apaga el fuego y espera a que el agua se enfríe para darle al frote. Este truco es como un buen amigo: no falla.
Siempre se ha dicho que lo importante es el interior, pero eso no quiere decir que no tengamos que limpiar el exterior de nuestra olla si, por despiste, la hemos quemado. Para ello, vierte en un recipiente un vaso de agua, medio de detergente en polvo y tres cucharadas de bicarbonato de sodio. Con la pasta que se origina, unta todo el exterior de la olla quemada hasta cubrir por completo la parte que nos preocupa. Después, añade pasta de dientes y frota, frota y frota. ¿Ves cómo va desapareciendo ese odioso color negro? Termina echándole un poco de agua y secándola con un trapo. ¡Bravo, cocinitas!
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