Millones de toneladas de alimentos acaban en la basura cada año en Europa. Esto no es sólo un problema ético, tirar alimentos también significa malgastar recursos valiosos. En nuestra opinión, hay que acabar con el desperdicio alimentario.
Con iniciativas como Foodsharing, cada día son más las personas que luchan contra el desperdicio de alimentos tanto en Alemania como en otros países europeos. Y esta lucha es urgente, porque casi un tercio de los alimentos producidos en todo el mundo se pierde a lo largo de la cadena de suministro o acaba en la basura. En la Unión Europea (UE), son una media de 173 kilos por persona y año (Infografía UE). A menudo, los alimentos se desechan poco después de su fecha de caducidad, a pesar de que todavía podrían consumirse. El problema empieza antes: ya en el campo, los alimentos se descartan si no cumplen determinados requisitos.
Alrededor del 50 % de los residuos alimentarios de los países industrializados se genera en los hogares, el 19 % durante el procesamiento y un 5 % en los distribuidores, como ALDI Nord. Aunque nuestra área de influencia es limitada, defendemos activamente una gestión responsable de los alimentos. Alemania, por ejemplo, se unió en 2017 a la iniciativa REFRESH (“Resource Efficient Food and Drink for the Entire Supply Chain”) de la UE. En los Países Bajos se han puesto en marcha otros dos proyectos con la Universidad de Wageningen. En este marco, buscamos soluciones en toda la cadena de suministro para reducir el desperdicio de alimentos. Además, analizamos qué posibilidades existen para aprovechar los residuos. Como parte de nuestro Programa de Responsabilidad Corporativa, estamos elaborando unas directrices internacionales sobre el desperdicio de alimentos.
Para reducir al mínimo el desperdicio alimentario, tenemos que tocar varias teclas. Por ejemplo, intentamos planificar de la forma más exacta posible las existencias en los establecimientos para que sobre lo mínimo posible. En Bélgica, Dinamarca, Alemania y Polonia los clientes pueden adquirir productos de caducidad corta con descuentos en las llamadas “cajas sostenibles”. Sin embargo, la mayoría de los residuos alimentarios se generan en casa. Por ello, en algunos envases incluimos consejos para que nuestros clientes sepan cuál es la manera óptima de conservar distintos productos, ya que el almacenamiento incorrecto es una de las razones por las que los alimentos se estropean rápido. Además, en el marco de la “receta de la semana” en muchas tiendas se propone cómo preparar platos deliciosos a partir de los ingredientes sobrantes.
Donamos todos los alimentos que ya no pueden comercializarse pero que todavía pueden consumirse a organizaciones sin ánimo de lucro. Éstas se encargan de distribuirlos entre los más necesitados. En todo el Grupo, el 75 % de las tiendas ya dona alimentos de forma regular. Queremos que esta cifra aumente en el futuro y, para ello, estableceremos nuevas colaboraciones con asociaciones.
Desde el sur de Europa hasta el norte en Escandinavia, en todos los países donde estamos presentes, colaboramos en proyectos contra el desperdicio de alimentos, algunos de los cuales se pueden ver al hacer clic en este mapa:
En Polonia bajamos los precios de los productos con fecha de caducidad próxima. Además, colaboramos con Cáritas para evitar el desperdicio de alimentos.
Aunque nuestra área de influencia es limitada, defendemos activamente una gestión responsable de los alimentos. Alemania, por ejemplo, se unió en 2017 a la iniciativa REFRESH (“Resource Efficient Food and Drink for the Entire Supply Chain”) de la UE.
En Dinamarca, hace tiempo que la lucha contra el desperdicio de alimentos es un tema clave. Por este motivo, hemos mejorado nuestra logística. El objetivo: ajustar al máximo posible las cantidades de los pedidos a las ventas reales. Los artículos próximos a su fecha de caducidad se ofrecen a un precio más económico. Además, respaldamos a varias organizaciones más pequeñas que luchan contra el desperdicio de alimentos y se encargan de recoger los alimentos que ya no podemos vender, pero que aún son aptos para el consumo. Una de estas organizaciones, Stop Spild Lokalt (“Detengamos el desperdicio in situ”), fue fundada en 2016 por Rasmus Erichsen, que entonces tenía tan solo 18 años. En estos momentos, Stop Spild Lokalt está activa en 97 poblaciones danesas.
“Estoy emocionado por el éxito de mi proyecto. Es bueno poder ayudar a tantas personas y, además, es beneficioso para el medio ambiente.”
Rasmus Erichsen
Stop Spild Lokalt
“El desperdicio de alimentos es un tema que preocupa a los consumidores. Como empresa, tenemos la responsabilidad de reducir el desperdicio alimentario. Por este motivo, colaboramos con diferentes organizaciones, como Stop Spild Lokalt y el banco de alimentos danés FødevareBanken.”
Thomas Bang
Director adjunto de Responsabilidad Corporativa de ALDI en Dinamarcamark
Desde julio de 2017, ALDI Países Bajos investiga para llegar a la raíz del problema del desperdicio de alimentos. Trabajamos en dos proyectos de investigación con la Universidad de Wageningen. El proyecto CARVE se centra en la cadena de suministro y busca opciones de mejora en la logística de los alimentos, empezando por los proveedores, pasando por el centro logístico y llegando hasta nuestras tiendas. El proyecto Houdbaarheid Begrepen (“Entender las fechas de caducidad”) se centra en preguntarnos qué podemos hacer, como supermercado de descuento, para reducir el desperdicio alimentario generado por los consumidores. Con la participación en estos proyectos, obtenemos una amplia visión de las causas del desperdicio alimentario. A partir de esta información, podemos tomar medidas para reducir el desperdicio en el futuro. Tenemos previsto recoger los resultados en un informe cuando finalicen los proyectos y comentar las conclusiones con los grupos de interés.
El número de establecimientos de los Países Bajos que donan alimentos a organizaciones sin ánimo de lucro creció de forma significativa en 2017. Pasaron del 29 % en 2016 al 74 % en 2017.
“Reducir el desperdicio alimentario es un objetivo importante para nosotros. Para ello, colaboramos, por ejemplo, con Voedselbanken Nederland. Así damos una segunda oportunidad a los alimentos que ya no podemos comercializar.“
Nadie Winde
Directora de Responsabilidad Corporativa en los Países Bajos
En Valonia, una de las tres regiones de Bélgica, la legislación obliga a donar los alimentos. Todos los establecimientos belgas donan a organizaciones sin ánimo de lucro los productos de temporada que no han vendido, pero que todavía pueden consumirse.
También en Francia luchamos contra el desperdicio de alimentos. Por ejemplo, bajamos los precios del pan y los productos frescos cuando se acerca su fecha de caducidad. En 2017, 208 tiendas de Francia donaron alimentos.
En España colaboramos regularmente con bancos de alimentos nacionales y otras organizaciones no gubernamentales (ONG), como por ejemplo la Fundació Formació i Treball. Desde hace años, donamos cada semana a la Fundació Formació i Treball productos non-food (desde jabón hasta calzado o textiles) y alimentos que no podemos vender, pero que aún son aptos para el consumo. Los trabajadores de la Fundació acuden regularmente a diferentes establecimientos de Barcelona a recoger los alimentos donados.
“En España, muchas de las familias en situación de vulnerabilidad, sobre todo aquellas con niños, carecen de productos frescos como carne fresca, pescado, frutas y verduras. A través de las donaciones de productos frescos aptos para el consumo, pero no comercializables, entidades como la nuestra pueden cubrir parte de las necesidades de los colectivos más vulnerables. De esta forma, se genera una cadena híbrida de valor entre las organizaciones sociales y se fomenta un modelo de economía circular más sostenible y social.“
Alexandra González
Fundació Formació i Treball
No solo en Dinamarca, sino también en Portugal trabajamos estrechamente con organizaciones locales para salvar los alimentos.
En el año de la Memoria, el 100 % de nuestros establecimientos donaron alimentos que ya no podían comercializarse pero que aún podían ser consumidos.